Por segundo año consecutivo, el binomio compuesto por Damián Pinta y Facundo Lucero tomaron amplias ventajas en la categoría que dio origen a la Regata Internacional del Río Negro y abrocharon un triunfo sin cuestionamientos, pero a la vez, sin épica.
Una situación no atribuible a ellos, sino a la falta de nuevas apariciones en el alto nivel del canotaje de maratón dispuestas a participar de una competencia de una semana.
Los hermanos entrerrianos Rodrigo y Mauricio Caffa -infaltables- consiguieron la segunda ubicación, mientras que Sebastián Vergauven y Julián Algañarás obtuvieron la tercera posición.
En K1, fue para el francés Jérémy Candy, una presencia internacional de lujo. Su intención de correr en K2 quedó abortada cuando su compañero Quentins Urban dio positivo de Covid-19 en los días previos y no pudo viajar al país.
La competencia en damas tuvo tres botes en K1, donde maragata Andrea Bianchi impuso su experiencia y preparación ante las formoseñas Mariana Duarte y Costanza Bernal.
Solo un bote femenino presentó el K2 senior. Tripulado por Verónica Dinoia y Yanina Di Nardo, del Piedra Buena.
Por su parte, en K2 junior, el bote del viedmense Vicente Vergauven y del choelechoelense Joaquin Catalano realizó un elogiable labor y se constituyó en la gran sorpresa de la competencia al ganar la categoría y llegar a escasos centímetros de los seniors en cada una de las etapas.